Antes de darme cuenta me encuentro de nuevo entrando al local con paso acelerado.
Los demás siguen en la misma posición donde les dejé y me dirijo hacia ellos. Siempre me había dado vergüenza eso de que la gente me viera bailando y más si yo no lo sabía, así que las presentaciones creo que van a ser un poco incómodas.
-Julls-dijo John- he pensado que ésta vez me encargo yo de los focos y esas cosas y tú les ayudas a ellos con todo lo de los amplificadores y...el sonido en general.
-Me parece bien.-me limito a contestar.
-Perdón, que no os he presentado bien.-vuelve a hablar John regocijándose y mirándonos a todos.
-Ellos son...Harry, Tom, Danny y Dougie.-me va señalando.- y chicos, ella es Julie.
-Mejor llamádme Julls.-intento sonreir.
Todos me van saludando con una simpática sonrisa e incluso alguno dice alguna frase.
El primero de los chicos es alto, tiene el pelo corto y moreno, también tiene unos ojos especialmente bonitos, son azules y grandes, la sonrisa está presente en su cara y su expresión parece ser agradable. Harry.
El segundo también es alto y con el pelo corto, pero esta vez es rubio, de hecho parece ser más blanco que rubio, pero le queda bien. Los ojos son una mezcla entre color café y color madera. Su cara parece ser algo más joven que la de los demás y también la decora una sonrisa. Tom.
El tercero es algo más bajo que los dos anteriores, es moreno y el pelo le tiene algo más largo y rizado que los demás, los ojos son azules, casi parecen transparentes con la luz. Recuerdo que él fue uno de los que me vio bailar hace unos minutos. También posee una cara divertida. Danny.
El cuarto y último es el más pequeño de todos, yo diría que tanto de estatura como de edad, su pelo es una mezcla entre moreno y rubio y un flequillo le cae sobre la frente, sus ojos son azules y pequeños, parece ser más tímido. Dougie.
-Bueno, ¿entonces que te parece? .-me pregunta John.
-¿El qué? ¡Ah! lo de los altavoces y eso...bien, bien.
-Creo que será mejor que empecemos ya a prepararlo antes de que se te vuelva a olvidar.- sonrío irónicamente.- Bueno chicos, os dejo con Julls, estaré por arriba..-se alejó de nosotros.
-Creo que será mejor que vayáis cogiendo vuestros instrumentos...y eso.
-Cierto.-dice el primer moreno, Harry.
Me siento a un lado del escenario mientras veo a los cuatro chicos pasar de un lado para otro.
-¿Tenéis todo lo necesario para conectar las guitarras y el bajo? Cables y demás...
-Sí, creo que se encargaba Danny.-habla de nuevo Harry.
-¿Danny?.-pregunta Tom.
-Dime.
-¿Tú te encargabas de todos los cables?
-Eh...no.
-Está mintiendo.-ríe Dougie.
-Vale, sí, me encargaba yo.-rectificó- pero no hay porqué preocuparse, la bolsa con todos ellos está en el coche.
-¿Entonces por qué mientes?
-No lo sé. Es que me ponéis nervioso.-rie.
Esta conversación comenzaba a ser un poco extraña.
-Vale, ¿y alguien se acordó de comprar el mío? ¿el que 'sin querer' rompimos hace unos días? .-pregunta Tom y todos se miran entre ellos.- Supongo que eso es un no.
-No cunda el pánico, aún podemos comprar uno. ¿Conoces alguna tienda cerca de aquí?-me pregunta Danny.
-Eh...bueno sí. Está a diez minutos andando. Si queréis puedo ir yo, no me importa.
-No te preocupes, ha sido nuestra culpa.-se disculpa Tom.
-Enserio, da igual.
-Quizá sea mejor que vayáis los dos.-nos mira Danny. Nos encojimos de hombros.
-Por mí bien.-dijo él.
Avisé a John de que íbamos a salir a comprar lo que faltaba y finalmente, nos fuimos.
No me gustan los silencios incómodos cuando acabas de conocer a una persona, el momento en el que no sabes qué decir ni que tema sacar para no sentirte mal, e incluso cuando no sabes qué responder para no ofender a la otra persona. Pero por suerte, ésta no es la ocasión. Tom siempre saca alguna conversación y eso me alegra, porque como ya he dicho, odio los silencios incómodos.
-John me dijo que habías llegado hace poco a Londres ¿no? .-me pregunta mientras andamos.
-Sí, bueno hace unos meses...¿Tú siempre has vivido aquí?
-Sí...nací aquí y hasta ahora.-sonrió.- Nunca he vivido fuera de Londres, creo que mi infancia ha sido aburrida.
-No te creas, eso de mudarse es difícil pero bueno...tampoco viene mal cambiar de aires.-sonreí.
-¿Y hay alguna razón por la que te mudaste o...?
-Sí, más bien sí. Yo vivía en Manchester hasta que murieron mis padres hace unos meses también, entonces decidí que tenía que irme de allí y...bueno, aquí estoy. Resumidamente esa es mi razón.
-Vaya. A veces me sorprendo de cuan cotilla puedo ser.-está sorprendido por mi pequeño relato y me río.
-Tranquilo, no pasa nada, creo que me ya me he acostumbrado a contarlo.
-No me llego a imaginar lo duro que debe de ser.
-Al principio sobretodo, pero poco a poco logro no pensar en ello.
-Y, ¿viniste sola?
-No, al principio vivía con Rachel, mi tía, pero luego conocí a John y...creo que el resto ya te lo sabes.-asiente y sonríe de medio lado.
Al final sin habernos dado cuenta ya hemos llegado a la pequeña tienda. Tom busca entre las estanterías el cable que les falta pero sin ningún resultado, así que finalmente le pregunta al encargado. Cuando nos lo entrega, lo pagamos y de nuevo, salimos a la calle.
-¿Tú vives de la música?.-pregunto.
-No realmente. Ese es mi sueño y es cierto que algunos meses podría hacerlo pero la mayoría de ellos, no. Así que para conseguir pagar el alquiler de la casa compartida con Danny, trabajo con mi padre en una pequeña librería cerca de casa de John, y de la tuya ahora también, si no recuerdo mal.
-Bueno, tampoco es un mal trabajo. Pero entiendo que quieras ganarte la vida con tu sueño, creo que eso nos pasa a todos.
-¿A ti también?
-Sí, pero yo lo tengo más difícil.
-¿Por qué?
-No lo sé, eso es lo que me digo yo siempre.
Me sorprendo ami misma de la confianza que he cogido con él, pero siento que lo hace más fácil.
-Creo que no deberías de pensar en algo malo antes de que ocurra, eso te torturará más.-le miré.-Eso es lo que me digo yo siempre.-reímos.
Cuando ya hemos llegado al local de nuevo, ellos empiezan a ensayar para el concierto y yo comienzo a organizar todo junto con John. La tarde se pasa amena e incluso divertida, la hora de abrir llega. Los clientes van llegando y los camareros restantes también.
Cuando ya está todo preparado el pequeño concierto comienza. Al principio las canciones son propias y para mí no muy conocidas, pero he de decir que son bonitas. También me doy cuenta que Danny tiene la voz más grave y desgarradora, al contrario que Tom, que es dulce y más calmada. Al cabo de unas cuantas canciones desde el otro lado del público, detrás del escenario, veo como llevan dos sillas hacia allí y Dougie y Harry se sientan a mi lado. Van a hacer un acústico.
Los primeros acordes son inconfundibles, es una canción de Pink Floyd, muy clásica pero que nunca te cansas de escuchar. Después de unos cuantos tintineos con la guitarra, Danny comienza cantando, seguido de
Tom.
So, so you think you can tell
Heaven from Hell,
Blue skys from pain.
Can you tell a green field
From a cold steel rail?
A smile from a veil?
Do you think you can tell?
Poco a poco la gente va siguiéndoles con sus propias voces y forman un coro imprevisto. El concierto se acaba y un conjunto de aplausos llenan las paredes del Little Things.
¿Votos o comentarios? Os quiero.